En el foro hacemos huelga el 29 de septiembre redoblando la producción de la política. En nuestro caso, esa producción siempre consistió en recomponer el hilo roto de la lucha de nuestra clase por dejar de ser una clase, esto es, para dejar de ser materia de explotación. Exponer públicamente sus sacrificios, sus errores, sus metas: desde Espartaco hasta Durruti, de Estados Unidos a Vietnam. Con dos piezas didácticas, un vídeo de la transición y un artículo contemporáneo, os invitamos a reflexionar sobre lo siguiente: a) que las huelgas las hacen los trabajadores, aunque las convoquen los sindicatos; b) que no todos los sindicatos convocantes son sindicatos de estado (CCOO y UGT); c) que la degradación de las condiciones de trabajo es un meticuloso plan que te afecta pertenezcas o no a un sindicato; d) que esa degradación no es nueva, siempre hemos tenido que luchar.

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«Apropiarse la huelga general», por Samuel, en Quilombo, 28 de septiembre de 2010: «¿Cuáles son los criterios que nos permitirán calificar de éxito o de fracaso la huelga general del 29 de septiembre? […] No cabe otra opción que la de rechazar los parámetros utilitaristas que ofrece el poder para que valoremos lo que acontecerá esta semana. La huelga general implica una deserción del puesto de trabajo, pero de algún modo también de quienes se arrogan el derecho a hablar por nosotros, ya sean partidos políticos, sindicatos convocantes o medios de comunicación. El éxito de la huelga no puede cuantificarse y dependerá fundamentalmente del grado de apropiación de la misma al margen de los rituales preestablecidos, de los nuevos caminos que abra, de los encuentros que produzca y de la politización que se consiga mediante el aprendizaje colectivo. Una huelga no implica inactividad, sino otro tipo de actividad colectiva. Apropiarse la huelga general significa apropiarse de la política. […] No hay que olvidar que en Grecia, por ejemplo, son innumerables las huelgas y acciones de protesta que se han venido realizando en los últimos meses. ¿Qué han conseguido?, se lamentan muchos. La pregunta debería ser otra: ¿qué se está gestando?«.